Menos del 2% de la población en México tiene la capacidad de solventar sus gastos básicos durante tres meses sin recurrir a préstamos o deudas, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Salud Financiera (Ensafi) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Este dato refleja una realidad preocupante: la falta de cultura de ahorro y los altos niveles de ansiedad financiera que afectan a más del 70% de la población adulta.
En un país donde 50% de las personas de 18 años y más no cuenta con ahorros para enfrentar una eventualidad, construir un fondo de emergencia se vuelve una prioridad. Este recurso es un “colchón financiero” que brinda seguridad en momentos de crisis y ayuda a mantener la estabilidad sin poner en riesgo otras metas de inversión o recurrir al endeudamiento.

La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) recomienda que este fondo cubra entre tres y seis meses de gastos básicos, de manera que garantice tranquilidad financiera ante escenarios como pérdida de empleo, enfermedades, accidentes o reparaciones urgentes en el hogar.
Estrategia en 6 pasos
Construir un fondo de emergencia no es un proceso inmediato, pero sí una estrategia que fortalece tu arquitectura financiera a largo plazo. Aquí los pasos clave:
Define el monto ideal
El punto de partida es calcular tus gastos mensuales fijos y variables. Multiplica esa cantidad por tres o seis meses para conocer el rango de ahorro que deberás alcanzar.
Ejemplo: si gastas 15 mil pesos al mes, tu fondo debe estar entre 45 mil y 90 mil pesos.
Ajusta tu presupuesto
Incluye este ahorro dentro de tu presupuesto mensual. Para lograrlo, identifica gastos prescindibles (como servicios de streaming poco utilizados o los llamados “gastos hormiga”) y redirígelos hacia tu fondo.

Establece metas alcanzables
Divide tu objetivo en metas mensuales o trimestrales. Automatizar depósitos desde tu cuenta bancaria o programar recordatorios puede ayudarte a ser constante.
Monitorea tu avance
Lleva un registro de tus aportaciones y revisa periódicamente tu progreso. Esto te permitirá ajustar tu estrategia si tus ingresos o gastos cambian.
Manténlo separado y accesible
Tu fondo debe estar en una cuenta distinta a la de tus gastos cotidianos para evitar tentaciones. Busca instrumentos líquidos y seguros, como cuentas digitales con rendimientos, cuentas de ahorro bancarias o Cetes a 28 días, recomendados por Banxico como una opción accesible y de bajo riesgo.

Reconstituye después de usarlo
Si utilizas tu fondo ante una emergencia, retoma tu meta lo antes posible. La disciplina en la reposición es clave para no quedar vulnerable frente a futuros imprevistos.
El valor estratégico del ahorro líquido
La liquidez de un fondo de emergencia no solo protege frente a crisis, también reduce el estrés financiero y permite tomar decisiones sin presiones. Según el Inegi, más del 70% de los adultos en México experimenta niveles moderados o altos de ansiedad financiera; un fondo sólido ayuda a disminuir esa carga emocional.
La recomendación de los especialistas y organismos como la Condusef y Banxico es clara: integrar este activo a la planeación financiera personal no es opcional, sino una de las bases más importantes de la estabilidad económica.