Aunque las autoridades destacaron la mejora en los pronósticos de crecimiento, la economía mexicana inició el segundo semestre del año con un desempeño mixto y ciertos indicadores muestran debilidad.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en julio el Indicador Global de la Actividad Económica (Igae) registró una caída mensual de 0.9% y una disminución anual de 1.2%. Las actividades primarias cayeron 3% mensual y 12.2% anual, mientras que las secundarias bajaron 1.2% mensual y 2.8% anual. Las terciarias tuvieron un ligero descenso mensual de 0.4%, aunque con un crecimiento anual de 0.4 por ciento.

La inversión muestra señales de desaceleración: la formación de capital físico disminuyó 6.8% desde el primer trimestre de 2025, principalmente por la caída de la inversión pública (25.7%), aunque la inversión privada también registró un descenso de 4.3%.
En materia de empleo, la informalidad sigue creciendo. Según la ENOE, la población ocupada aumentó 1.5 millones de personas en lo que va del año, pero el incremento se concentró en empleos informales (+2.3 millones), mientras que los empleos formales disminuyeron en 813 mil.
El consumo también muestra debilidad: en julio las ventas al menudeo aumentaron solo 0.1% respecto al mes anterior, y el indicador de servicios creció 0.3%, reflejando un avance limitado en varios sectores.

Por otro lado, el comercio exterior continúa como un motor de la economía. En agosto, las exportaciones alcanzaron 55 mil 718 millones de dólares, con un crecimiento anual de 7.4%. Las exportaciones petroleras cayeron 26.3%, pero las no petroleras aumentaron 8.9%, impulsadas por sectores extractivos y manufactureros. Las importaciones mostraron una ligera caída anual de 0.2%, con descensos en bienes de consumo y capital.
A nivel internacional, Estados Unidos reportó un crecimiento del PIB de 3.8% anualizado en el segundo trimestre de 2025, con avances en consumo personal y ventas de vivienda, lo que podría impactar positivamente el comercio con México.

Analistas destacan que la economía mexicana enfrenta retos importantes: incertidumbre por reformas internas, costos laborales elevados, menor inversión formal y un entorno internacional que requiere adaptaciones constantes. Se subraya la necesidad de políticas públicas más sólidas para estimular la actividad productiva, fortalecer la seguridad y garantizar estabilidad fiscal.