El mercado laboral registró en noviembre una contracción significativa, con la pérdida de un millón 58 mil 179 empleos, de acuerdo con los resultados más recientes de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe), publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
La disminución del empleo se concentró completamente en la economía informal, mientras que la mayoría de las personas que perdieron su ocupación transitaron hacia la población no económicamente activa. Este comportamiento permitió que la tasa de desocupación abierta se ubicara en 2.7%, lo que representó un incremento marginal respecto al mes previo.

No obstante, al considerar a las personas disponibles para trabajar que dejaron de buscar empleo —concepto conocido como desempleo extendido—, el indicador aumentó de 10.1% en octubre a 10.7% en noviembre, lo que refleja un deterioro más amplio de las condiciones del mercado laboral.
Con este resultado, noviembre se posiciona como la segunda mayor caída mensual del empleo en lo que va del año. En términos acumulados, la creación de empleo durante 2025 se mantiene limitada, con apenas alrededor de medio millón de nuevas plazas generadas.

En el balance por tipo de ocupación, el empleo formal mostró un incremento mensual de 46 mil 510 puestos, mientras que en la informalidad se perdieron un millón 104 mil 689 empleos. Como resultado, la tasa de informalidad descendió de 55.7% a 54.8% entre octubre y noviembre.
La pérdida de empleos afectó de manera desproporcionada a las mujeres. Del total de plazas eliminadas, el 94.1% correspondió a mujeres, equivalente a 996 mil 61 empleos, mientras que los hombres concentraron el 5.9% restante, con 62 mil 118 puestos.

Este comportamiento se reflejó también en la tasa de participación laboral. En noviembre, la participación de las mujeres se ubicó en 45.1%, y la de los hombres en 74.6%, ambas con retrocesos anuales de 1.6 y 0.8 puntos porcentuales, respectivamente.
En conjunto, los datos de la Enoe confirman una moderación del mercado laboral hacia el cierre del año, caracterizada por una menor participación laboral, una mayor fragilidad del empleo informal y un impacto más pronunciado en la ocupación femenina.