Durante el tercer trimestre de 2025, el 34.3% de la población mexicana se encontraba en situación de pobreza laboral, de acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Esta cifra representa una reducción de 0.8 puntos porcentuales respecto al mismo periodo del año anterior, cuando el indicador se ubicó en 35.1 por ciento.
La pobreza laboral se refiere a la población cuyos ingresos provenientes del trabajo —como sueldos, salarios y otras remuneraciones— no alcanzan para cubrir el costo de la canasta básica de bienes y servicios. El indicador distingue entre zonas rurales y urbanas debido a las diferencias en el costo de vida entre regiones.
Los datos muestran un contraste importante: mientras que en zonas urbanas la pobreza laboral afecta al 30.2% de la población, en zonas rurales alcanza el 48.4%, lo que significa que casi la mitad de los habitantes de estas regiones continúa sin generar ingresos laborales suficientes.
Ingreso laboral real permanece estancado
Aunque en los últimos años los ingresos totales de los hogares mostraron mejoras, el ingreso laboral real no creció al mismo ritmo. Esto evidencia que una proporción creciente del ingreso de las familias proviene de otras transferencias, como programas sociales o remesas.
En el periodo julio-septiembre de 2025, el ingreso real per cápita nacional se ubicó en 3 mil 344 pesos mensuales, un nivel 0.1% menor al registrado un año antes.
Este retroceso se explica por la caída del 1.1% en el ingreso real urbano, mientras que las zonas rurales registraron un crecimiento marginal de 0.1 por ciento.
Persisten brechas regionales; el sur concentra los mayores niveles
El análisis por entidad federativa confirma que el sur del país mantiene los niveles más elevados de pobreza laboral. Chiapas presenta la cifra más alta, con 61.1% de su población en esta condición. Le siguen Oaxaca con 58.1% y Guerrero con 52.3%. En estas entidades, más de la mitad de la población no cuenta con ingresos laborales suficientes para cubrir sus necesidades básicas, lo que incrementa la dependencia de transferencias externas.
En contraste, Baja California Sur se posiciona como la entidad con el menor nivel de pobreza laboral, con 13.4% de su población en esta situación. Colima y Quintana Roo completan los tres estados con mejores indicadores, con 18.4% y 19.4%, respectivamente.
Una tendencia a la baja, pero con retos persistentes
A pesar de las disparidades regionales y la vulnerabilidad persistente en zonas rurales, los datos muestran que la pobreza laboral disminuyó de manera sostenida en los últimos años. Desde 2021, cuando el indicador nacional superaba el 45%, el país logró avances relevantes.
No obstante, los rezagos en ingresos laborales, la dependencia creciente de apoyos externos y la marcada brecha entre regiones urbanas y rurales continúan representando uno de los desafíos centrales para el desarrollo social y económico de México.
